El anuncio del presidente Javier Milei sobre una inminente reforma laboral volvió a tensar el vínculo con la CGT. Este martes, Héctor Daer, uno de los cosecretarios generales de la central obrera, descartó cualquier posibilidad de diálogo mientras el Gobierno insista con modificar las condiciones laborales. “Si es para retroceder no va a haber ninguna negociación”, sostuvo.
Daer aseguró que la CGT no fue convocada por el Ejecutivo y que hasta el momento no hay información concreta sobre el contenido del proyecto. “No hay ni un indicio, ni siquiera un borrador. No existe ninguna negociación de ningún tipo”, remarcó en declaraciones radiales.
El plan oficial retomaría ejes que ya figuraron en el decreto 70/23 y en la ley Bases: la creación de un banco de horas, jornadas de hasta 12 horas, un fondo de cese laboral descontado del salario y el llamado “salario dinámico”, una modalidad que el dirigente calificó como “un delirio que no existe en ningún lugar del mundo”. “Pretende reducir el salario básico y supeditar cualquier mejora al desempeño individual, algo totalmente contrario al espíritu del trabajo colectivo”, cuestionó.
Para la CGT, el proyecto implica una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los empleadores. “Lo que tenemos que discutir no es cómo flexibilizar, sino cómo generar empleo formal y fortalecer la producción”, planteó Daer.
Ante ese panorama, la central sindical ya prepara una estrategia política y gremial para bloquear el avance de la iniciativa en el Congreso. “La CGT tiene que construir las mayorías parlamentarias que nos permitieron frenar los avances anteriores, y si eso no alcanza, generar presión política y gremial como lo hicimos con el DNU 70/23”, advirtió.
El debate llega en un momento de recambio interno dentro de la organización. El 5 de noviembre la CGT renovará sus autoridades y, aunque todavía no hay definiciones sobre los nombres, se espera que vuelva a un esquema de conducción colegiada.